miércoles, 22 de agosto de 2012

Oníricos

Dos moléculas de agua
gravitando ingrávidas astros
en el misterio del universo,
estables y apacibles
como una nana flotando en la noche.
Canal de una energía primitiva
que nos creó de las estrellas
para fluir de lejos,
para fundir de cerca.
Me vuelves egoísta
y solo quiero retenerte y abarcarte,
tenerte y abrazarte.
Brillamos como los sueños.
Luz fecunda. Amanecer dorado.
Ya no hay artificios
ni tabúes
ni medias tintas.
Has borrado con tus dedos mis fronteras
y has saltado mi abismo.
Has cruzado descalza
a este lado de mí donde moro solo yo.
Has volado mis puentes a tu paso.
Caminas firme y desnuda por el zaguán.
Ya no puedo prohibirte nada.
Ya no puedo desearte menos.
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miércoles, 8 de agosto de 2012

Vuelvo al agua


Foto: Playa de las Catedrales. Archivo Propio

Vuelvo al agua,
donde empezaron todas las historias
que los ancianos cuentan al fuego,
los niños fabulan en la calle
y los adultos olvidan soberbios
antes de repetirlas
junto a la llama crepitante.

Volveré al río,
donde fondeé tantos amaneceres
y desarrumé las cargas de antes,
a aquellas arboladas orillas
donde erigí pabellones nuevos
de los que luego poder marchar,
a los que ahora poder llorar.

Vuelvo al mar,
donde me sumergí en mi propia busca
y morí algunas veces mucho,
y aquí, en el mar
aguardaré como el salmón el remonte,
porque nunca fui extranjero
entre agua, rocas y sal.
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